Dedico este poema a la cadena de mujeres que han hecho posible ser quién soy. A mi hija, y las hijas de mis hijos, a las que deseo que sean libres para elegir, libres para ser, libres para amar y libres para respetar y respetarse. Les pido que escuchen sus corazones para que creen su propio camino.
Este es mi homenaje a las mujeres que hicieron posible nuestra realidad, porque fueron valientes para hacerse respetar como se merece cualquier ser humano.
Árbol de mujeres
Permíteme decirte
que es tu belleza única,
fruto de la unión
de infinitas mujeres, que conforman
las hojas del árbol del pasado;
genealogía de raíces perfilando tus labios,
tus ojos, tus manos, mezcla de sus savias
y del jugo de sus vientres.
Permíteme decirte,
que les debes respeto, y respetarte
por ser fruta perfecta prendida
del árbol del que descienden tus ancestros,
del árbol del que prendieron hermosas
mujeres: tías, abuelas, primas,
ahora etéreas,
que cogidas de las ramas,
resistieron huracanes y tormentas.
Permíteme decirte,
que despiertes, te ames
y olvides los vestidos, de tallas imposibles,
camisas con tejidos de tristeza,
diseños de mentes vorazmente estrechas,
en los que no encajan tu hermosura.
Permíteme decirte
que rajes las faldas que oscurecen
tu mirada, y crees para ti
un traje perfecto y único,
en el que quepan
las mejores sonrisas del futuro.
8-3-2021
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